MARIO DIAZ: “EL MOTOR”

Jovany Delgado/TicTac Deportivo

Cuando vas a comprar un auto usado, regularmente escuchas comentarios como “revisa bien el motor”, parte fundamental del vehículo para su optimo desarrollo.

En el argot futbolero el motor de igual forma se caracteriza por ser la cabeza, el líder, el diferente, el irreverente… muy pocos quedan ya de ellos, el futbol llegó a un punto en el que jugadores como Mario Diaz ya no hay muchos.

Seguramente tu papá, un amigo o tú, tuvieron  la oportunidad de ver jugar al “pasador”, el nacido en Guadalajara Jalisco, por destino Atlas le dijo que no, pero el visor “Cacho” Alatorre lo llevó a Cruz Azul, quienes lo mandaron a Tulancingo, filial de ese entonces; en Hidalgo quedó campeón goleador y eso llamó la atención del Azul, en palabras de Mario, le tocó uno de los mejores equipos en donde resaltaban Miguel Marin, Wendy Mendizabal, entre muchos nombres más,  todos ellos dirigidos por el icónico Nacho Trelles, unos Cementeros que buscaban el tricampeonato arrebatado por esos Pumas de Hugo Sánchez, Evanibaldo Castro, Muñante; fue difícil que le dieran minutos y tras un encuentro con Nicandro decidió venir a la tierra que le dio cobijo futbolístico y de vida.

Nicandro Ortiz lo trajo a Morelia, no fue fácil el primer año, pero después pudimos ver a uno de los mejores en su posición de la liga, dicen los románticos que tenía la visión de ningún otro, una pegada adelantada a su época, hacia levantar siempre al Venustiano Carranza, un crack con la bocha, el capitán de la “Tota” Carbajal.

34 goles, un montón de anécdotas y muchos años después de sus hazañas, el José María Morelos y Pavón vio al Profe Mario como formador de futbolistas en Fuerzas Básicas, siempre serio, un hombre de pocas palabras.

En una ocasión entrevisté al 10, después de morirme de los nervios Mario, solo me miró y dijo que se sentía bien.  Me fui directo, poco a poco Mario comenzó a soltarse mientras yo sudaba, el momento cumbre llegó cuando saqué un libro, del cual hablaré más adelante, le mostraba las fotos y le preguntaba qué recuerdos le traía, el Profe Mario no decía nada solo ojeaba y ojeaba.

¿Me imagino que deben venir muchos recuerdos Mario?, Mario levantó la mirada, parecía que iba a llorar y me dijo, hiciste que regresara 35 años atrás Jovany… Acto seguido Mario no dejó de platicarnos historia tras historia, anécdotas, recuerdo que hasta carcajeábamos durante el programa, no paraba y tenía que alargar los bloques para ir a corte.

Ese día algo dentro de mi sintió que lo hice bien, logré llegar a los recuerdos, al alma de Mario Diaz, ese que no olvida la semifinal contra el América en el 87, ese que les hizo un partidazo a los alemanes en un amistoso previo al mundial del 86, ese que se quedó a vivir en Morelia y que agradece al pueblo Michoacano recordarlo y mantenerlo en nuestras memorias pamboleras. Mario Diaz el “pasador”, el 10.

“Buenos jugadores muchísimos han pasado, pero buenos buenos, el Fantasma Figueroa y Mario Diaz” Horacio Rocha.